miércoles, 15 de mayo de 2013

La poesía de las piedras


"Tienes el corazón de piedra", decimos para referirnos a un ser inconmovible, rígido, inalterable... ¡Qué injusto juicio a la pétrea existencia! ¡Qué negación de su condición cambiante, sensible, alterable! Pero las piedras no tienen prisa. Si queremos observar su potencial transformador hemos de medir los tiempos en relojes con esferas que transmuten sus segundos en milenios. El tiempo geológico nos es tan difícil de comprender porque somos seres de ciclo superbreve, de vida hiperrápida en la escala del tiempo universal.

Ayer, 12 de mayo, se celebró el Geolodía en toda la Península. Para los que no conozcan esta iniciativa les explicaré resumidamente que se trata de una actividad orientada a acercar la geología a la sociedad consistente en una ruta didáctica por parajes de interés geológico de cada provincia española (recurso del que España tiene una variedad riquísima). Geología nació en Teruel el año 2005 y se celebra desde hace cinco años en Guadalajara donde siempre ha cosechado gran éxito debido a su buena organización, la atinada elección de los itinerarios, la buena voluntad de profesores y alumnos participantes y una generosa asistencia de público. El año pasado se realizó en las antiguas minas de plata de Hiendelaencina (con unos 300 participantes) y este año en el Norte de la comarca de La Alcarria, más o menos la primera parte del recorrido descrito por Camilo José Cela en su Viaje a la Alcarria. Nos congregamos allí 200 participantes repartidos entre los dos autobuses y los coches particulares. La actividad de este año estuvo organizada por Amelia Calonge, decana de la Facultad de Educación de la Universidad de Alcalá, y por Ana María Alonso, catedrática de Petrología y Geoquímica de la Facultad de Geológicas de la Complutense.

Ana María fue la encargada del desarrollo didáctico en cada uno de los cinco puntos de observación de la georuta. Late en el corazón de esta catedrática (profesora a pie de obra)  un corazón de poeta. Se le nota cuando acercándose a un bloque de caliza mesozóica exclama: ¡Esta piedra ha sufrido mucho!Y lo dice refiriéndose a presiones extremas, enterramientos interminables, torturantes diaclasas... Hay un deje de cariño, casi filial, cuando defiende la belleza geológica de la Alcarria. Comunica su relación geológica iniciática con esos suelos al contarnos que fue en ellos donde realizó su tesis doctoral, oficia un hermanamiento con la literatura cuando conecta su georuta con el Viaje a la Alcarria del Nobel Cela,  desprende un entusiasmo antropológico cuando nos habla con afecto de sus gentes, de generosidad y amabilidad; y con un toque de humor relata las prospecciones geoetílicas a las bodegas de la zona. Me quedo con la imagen aventurera de una Indiana Jones, armada de su pica geológica, tostada por el sol de la Alcarria y dispuesta a confraternizar con un parroquiano que le canta una tonada manchega como homenaje.

Y, personalmente, me conmueve la imaginación y la visión poética de los científicos cuando intentan explicar el gran universo y el pequeño universo que nos rodea. Cuanto más grande y alejado es el objeto de estudio más atrevidas y sugerentes son las metáforas: agujeros negros, agujeros de gusano, gigantes  rojas, materia oscura, bing-bang, sopa de quarks. estrellas en streap-tease, parto estelar, ... Y, en la escala más cercana, por ejemplo en la geológica: "nacimiento y muerte de las calizas", "abanicos de deposición, empuje continental, tarta de estratigráfica...

Queda pues el geolodía de este año en el recuerdo. Algo aprendimos. De ahora en adelante miraremos las rocas con ojos nuevos: escucharemos su historia, escudriñaremos sus secretos para poder completar su biografía e imaginaremos su trayectoria vital a lo largo de su variada metamorfosis: erosión, disolución, transporte, decantación, sedimentación, enterramiento, compactación, trasnsformación, endurecimiento, afloración, disolución... sin olvidar la mutua interacción de millones de seres vivos que convivieron con ellas, sobre ellas, dentro de ellas y cuyos restos (espejos calcáreos de la vida) son los fósiles que encontramos. Escritas en la caliza están las huellas de sus raíces, la forma de los tallos en las tobas, los delicados estuches de los caracoles de agua dulce...

Hemos sido iniciados en la taumaturgia de la tierra: sabremos encontrar  las fuentes de agua en los puntos de transición de las calizas a las arcillas, entenderemos el misterio de las cuevas, leeremos el lenguaje de las piedras y desvelaremos conocimientos olvidados que sólo ellas conservan...

Polvo somos y en polvo nos hemos de convertir. Geolodía: un día para comprender un poco el polvo del que venimos.

2 comentarios:

  1. ¡Cuántos nombres científicos! No sabía que los pedruscos pudiesen dar para hablar tanto. A mí también me gustaba la Paleontología, cuando te juntabas con los compañeros de clase para la búsqueda de fósiles.

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  2. Mis queridas piedras... El año pasado, a propósito también del Geolodía que tuvo lugar en Hiendelaencina, escribí una entrada a propósito de algunos de mis fetiches: mi colección de minerales.Y es que cada piedra tiene una historia (en la geología de un lugar, y en la biografía de cada cual).

    Un saludo.

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